Changó o Shangó es posiblemente uno de los santos más venerados dentro de la religión santera. Se sincretiza en el santoral católico con santa Bárbara. Es un Orixá temido por los yorubas puesto que repudia a los cobardes y a los pusilánimes, odia la injusticia, la falsedad, el robo y cualquier tipo de agresión a la vida. Dicen de Changó que es un santo u Orixá de una sola palabra, recto y justo en sus determinaciones y sentencias, implacable con las ofensas y fiero defensor de todos sus hijos. Changó es el dios del fuego y del rayo. Dicen que el trueno es una manifestación de su voz. Es el Orixá de la guerra, de los tambores ilubatá (tambores sagrados), de la música, del baile y de la virilidad. Es el rey de la fertilidad y la tradición yoruba lo ve como un santo mujeriego, irritable, adinerado, valiente, divertido, adivino, experto y sobresaliente en todo lo que maneja y se propone. Changó tiene tres esposas que personifican tres santos u Orixás: Oyá, Ochún y Obá. Este Orixá está hecho para la aventura y el riesgo, es el abogado de los guerreros, militares y de todos aquellos que ejercen profesiones arriesgadas. También es el santo que protege de las tempestades. Cuenta la leyenda que el fuego forma parte de su aliento y que de ahí nació el relámpago. Al tratarse de un santo muy violento, cuando se posesiona de uno de sus hijos su energía se manifiesta haciéndole girar y danzar de forma muy frenética. Sus representaciones en el baile pueden ser bélicas o eróticas, siendo éste el santo que en su baile representa evidentemente la sexualidad. Los colores de Changó son el rojo y el blanco. Sus emblemas de adoración son determinadas piedras planas en forma de hacha, un hacha elaborada en madera, un hacha de doble filo, y también la maza y el alfanje o espada curva. Sus pertenencias preferidas son una bandera roja, un juego de tambores bata y un caballo árabe. Las ofrendas al Orixá que nos ocupa se presentan sobre un mantel rojo, sobre platos blancos y profusión de flores rojas. Le gustan los racimos de plátano verde, el carnero y la harina de maíz sazonada y cocida, el maíz tostado aderezado con miel y canela, las manzanas rojas, el alpiste, la cebada y el vino tinto. Su animal favorito es el carnero, aunque igualmente se le sacrifican gallos y toros. Los hijos de Changó son muy propensos a la precipitación, la impulsividad y la cólera. Son voluntariosos, enérgicos, engreídos, dotados de una clara y aguda inteligencia, no toleran la falsedad o el engaño y son vengativos y agresivos frente a la ofensa. No obstante, ello no excluye que los hijos de Changó sean sumamente celosos, protectores y generosos con sus allegados, haciéndoles partícipes de su inagotable fuerza.
santa Bárbara
El sexo forma parte del conjunto de instintos primarios que, además de asegurar la perpetuación de la especie, es uno de los mejores sistemas amorosos de comunicación. Si no nos alimentamos correctamente y descansamos lo suficiente, nuestro cuerpo terminará por resentirse hasta llegar a enfermar. De igual forma, es muy posible que si no mantenemos nuestra libido y el impulso sexual canalizado y activo, tanto la mente como el organismo sufran un desequilibrio que no sólo afecte al amor, sino también al concepto que tengamos de nosotros mismos, a la productividad, a nuestro carácter y a la manera de afrontar las dificultades de la vida para así y superarlas. El sexo es algo tan importante que impregna prácticamente todos los actos de nuestra vida. Cuando en nuestro interior se insinúa una llama de deseo, complicados procesos hormonales y químicos mandan mensajes al cerebro y preparan al cuerpo para que éste dé respuesta y salida al estímulo, culminando en un importantísimo y necesario acto vital que fortalece nuestras relaciones de pareja. A pesar de todo lo dicho, no siempre es fácil que la persona objeto de nuestro deseo baje las barreras del temor, o del pudor, y se entregue libremente a nosotros en un acto de comunión casi perfecto que tiene a la práctica del sexo como protagonista. Si deseamos potenciar nuestro atractivo sexual, además de cuidar aspectos tan importantes y básicos como la higiene y el cuidado personal, la educación y el mimo por los detalles, nos ayudaremos en la práctica del mágico baño que a continuación vamos a detallar. INGREDIENTES 2 litros de agua mineral. 1 plátano verde partido en tres pedazos. 1 manzana roja partida en cinco pedazos 15 gotas de esencia de manzana. 1 palo de canela. 1 copa de vino tinto. 5 velas rojas y cerillas de madera. Jabón de coco. 1 pañuelo blanco. PREPARACIÓN Pondremos una olla al fuego con los dos litros de agua y cuando arranque a hervir, le incluiremos el plátano, la manzana, el palo de canela y el vino tinto. Transcurridos quince minutos, apagaremos el fuego, colaremos la mezcla y añadiremos la esencia de manzana al líquido resultante. Dispondremos de una botella con el fin de rellenarla con el agua mágicamente preparada y nos dirigiremos al cuarto de baño. Marcaremos cada una de las cinco velas rojas con un triángulo invertido y, alumbrados exclusivamente por su luz, nos daremos una ducha utilizando para nuestra higiene jabón de coco. Una vez finalizada y con el cuerpo y pelo completamente limpios, derramaremos, desde la coronilla hasta los pies, el agua de atracción solicitando a Changó que incremente y potencie nuestro erotismo y sexualidad con el fin de atraer a la pareja de nuestras preferencias. Luego nos secaremos al aire, sin utilizar ninguna toalla. Finalizado este proceso, apagaremos las velas con los dedos pulgar y corazón untados con saliva y las guardaremos envueltas en un pañuelo blanco para posteriores utilizaciones. Podemos repetir este ritual una vez por semana, preferentemente en viernes. También podemos aprovechar la energía que genera el primer día de luna creciente de cada mes.
